En plena evolución de lo que conocemos como Cuarta o Quinta Revolución industrial, aparecen desafíos que no están a la orden del día en materia legal, pero sí en modelos de negocios de emprendimientos que hoy se encuentran incluso en fases tempranas y que veremos en un futuro, o de modelos de negocios disruptivos fomentados por grandes corporaciones como perfectamente lo pueden venir siendo los metaversos, palabra popularizada por estos tiempos y que dependen todos ellos en su mayoría del uso de los datos personales de sus usuarios.
El mundo de los negocios está siendo bombardeado constantemente con una dinámica en que la disrupción, la innovación y la creatividad, como sinónimos para algunos, mandan la parada e incluso nos pueden sacar de ‘taquito’ en un abrir y cerrar de ojos. Esto ha hecho que las empresas inviertan gran parte de su dinero en una estructura que les permita evolucionar con los cambios y ‘surfear’ en la parte más alta de la ola, e ir a la siguiente antes de que la anterior desaparezca.
Ahora, parte del sector productivo en países en vías de desarrollo como lo es Colombia, se han venido recostando en los desarrollos de aplicaciones, web apps, y otra serie de tecnologías que dependen en gran medida de sus usuarios y su información personal, más que los propios clientes. Todo depende de la decisión que tome el empresario y quienes lo rodean, acerca de su modelo de negocio, y es donde vemos empresas que manejan una gran cantidad de datos de usuarios o clientes sin sacarles provecho y otras que están en el otro extremo que incluso proveen recursos para pagar las multas que saben, les pondrán autoridades como la SIC, pero sin que esto implique cesar las prácticas erróneas con los datos de los usuarios.
Esto preocupa en gran medida porque mientras la SIC estudia las demandas de los consumidores, la empresa que adelanta estas malas prácticas y han presupuestado el pago de la multa, están obteniendo y analizando un sinfín de información personal.
En este momento el asunto no es tan preocupante porque los usos aún no son tan bruscos o invasivos como seguramente lo harán las empresas en un metaverso, que al principio por la falta de regulaciones y de entender realmente cómo funcionan, aprovecharán al máximo toda oportunidad que tengan con tal de vender sus productos o servicios. El hecho de que existan empresas que hoy en día poseen más información sobre los gustos, emociones o sensaciones de sus usuarios, y el rastreo de las acciones que toman en internet, sin que el usuario se sienta estudiado. Esto se puede notar fácilmente en la publicidad que vemos en redes sociales o en los sitios web que visitamos.
Los departamentos legales de las grandes corporaciones sin dudas son conscientes de esto, no se da paso en falso, y los abogados que asesoramos de forma externa a empresas que tienen modelos de negocios que dependen de la información personal y a veces sensible de usuarios, prendemos en muchas ocasiones las alertas. Hoy en día el reto está en crear prácticas que sean compatibles entre la utilidad que debe obtener la empresa, con los derechos de los usuarios. No seamos tan ingenuos, una gran mayoría de las personas van despreocupadas de la vida sin ser conscientes de lo que el tratamiento de sus datos implica y darían su consentimiento sin pensar en las consecuencias de ello.