Autor:
Jordan Rojas
Fecha:
19 de mayo de 2022
Los abogados, independientemente del rol que desempeñan en el mundo y la economía nacional, se ven lejos de las personas, y con el tiempo han construido barreras soportadas en situaciones y tecnicismos que hacen que sean encasillados siempre de la misma manera.
Hay algunos ‘facts’ que son imposibles de omitir o dejar pasar de largo: Los abogados se han encargado de construir barreras entre ellos y sus clientes.
Aquí me incluyo, no hemos visto nuestra actividad como una en la que como cualquier otra, hay oportunidades de mercado, hay necesidades insatisfechas y personas desatendidas.
No nos hemos puesto en el lugar de la persona que debe consultar a un abogado para solicitarle que le ayude porque se está divorciando y le han dicho que le quieren quitar a sus hijos, y ciertamente, esta, no es una posición fácil de asumir.
No hemos tampoco reflexionado sobre que el consumidor de hoy en día tiene acceso a mucha información, incluso la misma a la que nosotros tenemos acceso y esto hace que nuestros consumidores sean personas informadas previamente.
Tampoco hemos caído en cuenta de que tal vez no somos el primer abogado al que nuestro cliente ha visto y que ya cuenta con experiencias previas que seguramente, no fueron para nada satisfactorias y poco o nada hacemos para fidelizar al cliente más allá de atender su solicitud y cobrarle unos honorarios como contraprestación.
Mucho menos, hemos intentado hacer alto con un problema gigante que tenemos todos: Escribimos mucho y concretamos poco. Nos cuesta hacernos entender y esto es una barrera inmensa. Aquí no importa si eres juez, litigante o consultor, cuesta igual.
Te piden un concepto y presentas un documento de varias páginas con un sustento jurídico importante pero no pensamos en algo crucial: Tenemos en manos un producto único, de mucho valor pero de difícil comprensión.
¿Qué podemos hacer al respecto?
Gracias a la Pandemia, se vieron evoluciones tecnológicas inesperadas previamente, sin duda obligó a que todos los cambios que se debían dar gradualmente, se hicieran de forma directa y sin titubeos.
Entre esto, aparecieron diseñadores e ingenieros programadores, que se dan cuenta de que hay un grande problema con la forma tradicional de hacer que usuarios celebren contratos, ya sea para adquirir servicios o productos. Por ende, el reto era obvio: Cambiar la manera en que estamos mostrando nuestros contratos, términos y condiciones, procedimientos, de forma distinta, clara, amigable, intuitiva e interactiva.
¿Qué es el Legal Design?
El Legal Design es una conjunción entre el Diseño, la Narrativa, la Ingeniería y el Derecho que busca mejorar la experiencia del cliente o usuario y hace interactiva cualquier relación jurídica, manteniendo y garantizando los mismos efectos.
Esta alternativa que revoluciona la manera de hacer las cosas, de presentar una estética renovada y que nos acercará mucho más a nuestros clientes y a los clientes de estos, tiene diversos casos de aplicación:
- Contratos Laborales
- Promesas de Compraventa
- Estatutos Societarios
- Títulos Valores
- Políticas de Privacidad
- Acuerdos de Confidencialidad
- Otros
El Legal Design o Diseño Legal, nos permite también lograr algo difícil de lograr anteriormente por algo que no fuera precio o que no hay otra alternativa, y es fidelizar a nuestros clientes e impactar incluso, en la reputación de nuestros clientes y obviamente, en la nuestra: Es como un efecto dominó.
Entonces, tenemos en manos una solución al problema tan enorme que tenemos los abogados, pero que nos requiere contar con una mentalidad abierta, llena de soluciones y alternativas para poder presentar al público una imagen renovada de nosotros.
¿Te animas a lograrlo?